Por primera vez en la historia, los gitanos pueden hablar de la existencia de una verdadera juventud entre su población. El carácter de la cultura gitana, unido a las difíciles circunstancias por las que los gitanos han pasado a lo largo de la historia ha hecho de los niños y niñas gitanos, mujeres y hombres a muy temprana edad, otorgando responsabilidades de peso dentro de la familia y contrayendo matrimonio a muy temprana edad, y por tanto, pasando de la infancia a la edad adulta directamente, eliminando cualquier posibilidad de ser y sentirse joven